jueves, 25 de diciembre de 2008

Mision Frustrada

MISIÓN FRUSTRADA


Inspiración esquiva, arlequín de sufrires,

Imberbe concepción desaparecida, solo humíllame…

Solo golpéame con un desprecio que me haga admirarte;

Acerca tu deforme cuerpo a mis deseos insanos

Y déjalos fermentar una descomposición eterna,

Resignándome a sufrir con tus bofetadas

Volar sin alas dispuesto a sucumbir por la realidad,

Por un guiño de falsa seducción que, ni prometes ni bosquejas,

Pero que es Morfeo quien de tus manos las entrega.

Ódiame, odiada inspiración y déjame al fin odiar

Humíllame, humillada inspiración y déjame al fin humillar

Deshónrame, ramera inspiración y al orbe entrega mi cuerpo

Escuchas mis insultos elogios, lebrela inspiración…

Son exasperantes y poéticas, humillantes y suicidas;

Aborréceme ilusa inspiración y muéstrame tu ira, tu desamparo.

Cobra venganza, destroza mi cuerpo por tu vocación,

Destroza con tus corona renacentistas mis arterias

Entregando mi ambrosia sangre a quienes te siguen retando

Y bendice a este cadáver solo una vez, su última vez

Con la inspiración de ser inspiración.

Asesinato de su recuerdo

Entra a la pequeña sala y tómala con fuerza del cuello, no tienes nada mas que hacer que tomarla del cuello, tu mismo te acompañaras y te impedirás tomarla del cuello, pero debes entrar a la sala y apretarla, hacer que sus ojos salgan de sus orbitas; entonces, llegara la historia y con violencia te golpeara, la sangre caerá a chorros por entre tu piel, pero tu no debes soltarle el cuello, cuando veas que la respiración desminuye, suéltala, déjala tirada en la pequeña sala, toma a tu historia, entrégale un condón, siéntate a mirar la erótica conversación entre ti mismo y tu historia, cuando hayan terminado y la sala pequeña se llene de los ecos tortuosos del orgasmo de ti mismo ella se habrá recuperado, entonces te pondrás de pie y la bofetearas cuando la veas llorando frente a ti, entonces el silencio contrastara la pequeña sala, tu mismo y tu historia se mofan resignados de la imagen que provocas y tu esperando que algo llegue, la tomas de nuevo del cuello, solo que esta vez, deja de respirar, cuando te das cuenta que la habías matado, tu historia se levanta desnuda, y te besa, te toca las nalgas mientras te excitas viéndote a ti mismo con una expresión de deseo, escuchas un llamado y te vas de la sala pequeña


Armando Zurita